¿Cómo sería nuestra vida si viviéramos en la Dénia de hace 400 años?

Si fuéramos dianenses del S.XVII y viviéramos el momento en el que dejamos de ser villa para convertirnos en ciudad, no seríamos ciudadanos, sino vasallos. La sociedad que nos rodearía sería violenta y armada, con la amenaza de los piratas siempre a nuestro alrededor. El Marqués de Dénia, al que le deberíamos fidelidad, tendría derecho sobre nuestra vida y muerte; a él le pagaríamos anualmente gran parte de nuestras rentas, al igual que a la Iglesia y la Inquisición, que además nos vigilarían para ser buenos "cristianos viejos".

Los hombres serían probablemente Joan, Francesc, Vicent, Antoni, Pere o Jeroni, nos dedicaríamos a la tierra, seríamos pescadores o marineros, o tal vez carpinteros, zapateros o sastres. Los que más riqueza tuvieran serían médicos, abogados, comerciantes, labradores ricos o frailes del Convento de San Antonio.

Si fuéramos mujeres en la Dénia del S.XVII nos llamaríamos Catalina, Isabel, Joana, Jerónima, Paula Ursola o Anna y viviríamos bajo la tutela de nuestro padre, hermano, marido o de la Iglesia.

Toda esta información ha sido recopilada por el Archivo Municipal de Dénia en una exposición que rememora la Dénia de 1612 en el 400 aniversario de la concesión del título de ciudad. La exposición, inaugurada ayer, se podrá visitar hasta el 2 de diciembre en el Centre d'Art l'Estació y nace con el objetivo de que los visitantes se pongan en la piel de los dianenses del S.XVII.

Formada por tres bloques, esta muestra abarca todos los aspectos de la sociedad de 1612, desde el poder en la ciudad, con explicaciones de ceremonias como la Andana (cuando se comunicaba a la población las honras fúnebres de los personajes importantes), la defensa de la ciudad o el importante papel del puerto. En este apartado, situado en la Sala 1, se encuentra la maqueta de una galera real realizada por Antonio Simó.

La segunda sala se centra en la religiosidad y la gastronomía, y en ella podemos ver los trajes de la Moma y el Momo de las fiestas de Corpus que, al igual que la figura de El Drac, han sido cedidos para la exposición por Dianium Dansa. Curiosidades como las celebraciones de Sant Roc y la Santíssima Sang acompañan en este bloque a un cuadro del Pare Pere realizado por el pintor Gastón Castelló donado al ayuntamiento.

Muy interesante resulta también la aproximación a la gastronomía de la época, en la que las lentejas eran consideradas nocivas y productos como la patata o los tomates aún no eran de consumo habitual en los hogares.

La última sala está dedicada a la Nova Ciutat, y en ella podemos ver la muestra original del Título de Ciudad de Dénia, así como una reproducción del traje ceremonial de los jurados, la Gramalla, realizada a partir de los pocos cuadros conservados. En esta sala también se recrea el sistema de elección de los gobernantes municipales -els jurats- conocido como Els redolins, en el que los nombres de los candidatos, escritos en pergamino, se envolvían con una bola de cera y se depositaban en una bacinilla de barbero llena de agua. Un niño era el encargado de escoger las cuatro bolas que determinarían los jurados de ese año.

Figuras como el "saludador" o el "empedrador", la existencia de esclavos en la ciudad, las ermitas de Dénia, los apellidos de sus habitantes o el precio de los alimentos son algunas de las interesantes curiosidades que nos ofrece esta exposición, imperdible para cualquier ciudadano que quiera conocer el pasado de Dénia.